Cuando trabajas en la calle no puedes evitar sentirte desnudo frente a un vértico inetiquetable.
Desaparece la distancia entre el escenario y la butaca del espectador.
En la calle no hay guiones, ni certezas, ni instantes repetibles...
Damián Varea
1 comentario:
¡Qué bueno que eres!, al final picaron. Besazos
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